MINI SERIE DE RELATOS ESCOGIDOS DEL LIBRO "MEMORIAS VIVAS DE NUESTRO BARRIO" . (Hugazo61)


 BARRIO, MI BARRIO FIN DE UN SUEÑO

(Hugazo 61), pág.. 50 y 51 del libro "MEMORIAS VIVAS DE NUESTRO BARRIO". Mención honrosa

Mis recuerdos felices de la infancia se mezclan con estrecheces económicas. Por supuesto, nunca mis padres permitieron que mis hermanos y yo pasáramos hambre. 

Mi vieja solo por intuición estaba convencida de que la “escuela era importante para no ser burros, como yo”, como nos decía cada vez que podía. Creo que ella nunca se dio cuenta de su sabiduría incomparable. 

Recuerdo un hecho que cambió definitivamente nuestras vidas. Hasta el 10 de septiembre de 1973, podía comprar un chocolito todos días, me daban en el liceo ½ litro de leche y tomaba desayuno. No almorzaba, porque mi mamá decía que era para “quienes necesitaban más”. 

Cantábamos “Venceremos”, “La Muralla”. “Los Quila” o Víctor Jara nos hacían vibrar con sus emocionantes canciones cuando visitaban el Barros Borgoño, liceo donde yo estudiaba en esa época. 

Comprábamos con libreta en el almacén y carnicería del Sr. Solari en la calle Venecia. Mi hermana Berta se rompía el lomo para cumplir sagradamente con el compromiso adquirido todos los meses. 

“No hay azúcar”, “No ha llegado el aceite”; “solo Liberty, no hay Hilton”, “el pollo llega el lunes, con tarjeta de la JAP”, eran los mensajes que aparecían en los carteles de cartón que adornaban los negocios. 

Faltaban alimentos, pero sobraba literatura. ¿Quién no tuvo en sus manos un libro de “Quimantú”, teatro popular y la maravillosa “Cantata Santa María de Iquique”, “El Último Grumete de la Baquedano”, “Hijo de Ladrón”, “Martín Rivas” y tantos otros relatos que nos hacían tener admiración y respeto por nuestros próceres chilenos. 

El 11 alguien le dijo a mi mamá que no me mandara al liceo; “parece que “El Chicho” se había muerto y los milicos andan por todas partes”, era lo que se oía... 

Ese día, los libros, diarios y revistas se lanzaron a la calle y se quemaron, no vaya ser que nos pillen con “El Clarín” o “El Siglo”. 

¡Milagro!: el 13 y 14, aparecieron los alimentos. --“Mamá, don Max tiene azúcar, aceite y pollo” --le conté entusiasmado. 

Mi madre me observó con algo de escepticismo y me dijo: “Éntrate no volvai a salir”. 

En calle Acharán, frente a la piscina, vivía el Sr. Julio Benítez, ministro de Vivienda… ¡Sí, un ministro vivía en una población! 

Quienes decían que “nos habían salvado del comunismo” (me refiero a los militares), pasaban permanentemente por las calles descargando sus armas frente a la casa del ministro, por lo que nos escondíamos en el baño para protegernos de quienes “nos habían salvado”. 

Creo que a partir de ese día, la niñez se empezó a esfumar, los chascones desaparecieron, vecinos de siempre nunca más se vieron. 

No puedo seguir. No sé por qué me invade una gran pena...


PD "Sigue este link y encontrarás la versión digital del libro. UNA LECTURA NECESARIA PARA ESTE VERANO. El Libro impreso, se está distribuyendo en forma gratuita, en: Emporio Market, Los Nidos 1604, frente a Huasco; Bazar Margarita, en Nueva de Matte 1575, frente a Maruri; Mini market Emmanuel, Huasco a pasos de Nueva de Matte; Taller Michelle, Navarrete y López 1893 y en Diana 1837. ¡¡Disfrútenlo!! 

LINK DEL LIBRO DIGITAL: 

SÍGUENOS EN NUESTRAS REDES SOCIALES (RRSS)
zonatipicapv.cl (Página web)
@zona_pv (Twitter)
@pvnortesur (Instagram)
escúchanos en la radio on line, familiavinilo.com los días sábado de 11:00 a 14:00 horas

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL ORIGEN DE LA HISTORIA DE LA TÍA CARLINA*

SERIE DE RELATOS ALUSIVOS A LA MADRE. MADRE HAY UNA SOLA

HUMBERTO LAGOS SCHUFFENEGER, UN VECINO Y ESCRITOR EXCEPCIONAL