CAMBIO DE SIGLO Y DE NOMBRE, Y UN MONUMENTO A VIVACETA
Pasado el cambio de siglo, la
urbanización comenzaba a producir nuevas villas en torno a la avenida Vivaceta,
avanzando hacia el Norte por los sectores de fundos agrícolas conocidos como El
Pino y Lo Sánchez, más otras viejas chacras del sector.
Parte importante del poblamiento
y urbanización de Las Hornillas hacia el Norte, se debe a una consecuencia
colateral de la inauguración del Hipódromo Chile en 1905, por una sociedad de
19 criadores equinos que compraron un gran terreno en el sector de La Palma,
trasladando hasta allá la pista y las competencias que habían comenzado en otro
lugar de la ciudad durante el año anterior. Sus instalaciones ocupan hasta hoy
una enorme manzana romboidal entre las vías Vivaceta, Independencia, David
Arellano e Hipódromo Chile. Hasta su llegada allí, la urbanización de Las
Hornillas parecía no haber podido sobrepasar el sector de Lo Bezanilla y la
calle Matte.
Otro gran terreno ubicado a la
altura del Hipódromo Chile, por el costado poniente de la avenida, se mantenía
sin urbanizar y conservando el nombre de Las Hornillas todavía pasando el
Primer Centenario. Era usado para cultivo de viñas y sus parronales o plantas
trepadoras dieron nombre a una de las calles laterales: Las Enredaderas.
En el extremo opuesto de la
avenida, sucedían otras cosas no menos importantes. En el terreno riberano
abierto al que nos hemos referido ya, se conservó desde el siglo anterior la
mencionada Plaza Matías Ovalle, que al parecer hasta tuvo alguna vez una fuente
de aguas. Era favorita de estudiantes universitarios repasando materia para sus
exámenes y de parejas de enamorados, aunque al caer las tardes cobraba un cariz
más oscuro. Ubicada en el sector del encuentro de las calles Prieto, Borgoño y
Lastra con Escanilla y Coronel de la Quintana, llegando Las Hornillas, cerca de
donde se construyó el complejo del Instituto de Higiene con su edificio
principal de cara a Independencia.
Sin embargo, con el cambio de
siglo, el nombre de la Plaza Ovalle fue pasando a ser, popularmente, la Plaza
de los Moteros, así llamada por las abundantes ventas de mote (de trigo) y
motemei (mote de maíz) que allí tenían lugar tradicionalmente, aunque existen
otras teorías sobre su denominación que no creemos exactas. Parte del terreno
al Sur de la plaza, prácticamente desapareció entre los neuróticos trazados de
calles que hoy conectan el tráfico desde la entrada de Vivaceta y las
autopistas hacia avenida Santa María. Sin embargo, la Plaza Ovalle o De Los
Moteros fue ampliada hacia el poniente, hasta el borde mismo de Vivaceta,
pasando a ser la actual Plaza El Trébol, después de obras viales allí
ejecutadas.
Si aquel antiguo nombre de la
plaza fue por la presencia de vendedores moteros quizás no sea coincidencia que
aún exista tanta venta de mote con huesillos en toda Vivaceta e Independencia,
entonces, arrastrando esta antigua fama comercial.
El cambio de nombre de Las
Hornillas al actual de la avenida, viene a suceder poco antes del Primer
Centenario, tras la muerte del arquitecto de la primera generación chilena, don
Fermín Vivaceta Rupio (1829-1890), autor de innumerables obras de inmenso valor
histórico y patrimonial, como es bien sabido (entre otras, el campanario de la
Iglesia de San Francisco y el Mercado Central). En los planos técnicos de la
ciudad de Santiago y en las divisiones parroquiales, comienza a aparecer su
nombre en la avenida hacia 1907-1908, aproximadamente.
Todo esto tiene un contexto bastante
sensible: había sucedido que, en mayo de 1884, estando Vivaceta gravemente
enfermo y postrado en su lecho, su amigo el escultor José Miguel Blanco inició
una campaña a través de medios como "El Ferrocarril", para reunir
fondos de asistencia para el prestigioso arquitecto y adquirir su biblioteca
para la Sociedad de Artesanos "La Unión", cruzada a la que adhirieron
José Manuel Balmaceda, seguido de Diego Barros Arana, Ignacio Domeyko, los
hermanos Amunátegui, entre otros, como informó Guillermo González M. en
"Cumbres espirituales".
Fue en estos esfuerzos que habría
surgido el deseo de reconocer a Vivaceta con homenajes concretos, como vino a
ser el cambio de nombre de la calle y la idea de erección de un monumento. Sin
embargo, el fallecimiento de Blanco sólo siete años después de Vivaceta, quizá
postergó la ejecución de nobles intenciones conmemorativas, pues la nueva
denominación de las Las Hornillas se sólo concretó en los primeros años del
siglo siguiente, como vimos. Además, persistió el nombre de Las Hornillas por
algún tiempo más, y hasta se llamó también así a algunas vías paralelas a la
avenida, como una resistencia en el uso popular que, de todos modos, acabó
cediendo.
La idea de un monumento se fue
madurando y extendiendo, especialmente entre grupos políticos mutualistas,
radicales y masónicos. De este modo, por Ley N° 11.261, se autorizó por fin en
1953, la instalación del monumento para don Fermín Vivaceta financiado con
erogaciones populares y aportes municipales, durante el Gobierno de Carlos
Ibáñez del Campo. Decía la ley de marras:
"Por cuanto el H. Congreso
Nacional ha dado su aprobación al siguiente Proyecto de ley:
Artículo 1°: Se autoriza la
erección de un monumento a la memoria de don Fermín Vivaceta en la calle
Domingo Santa María, con frente a la entrada de la Carretera Panamericana, que
será costeado por suscripción popular, sin perjuicio de las erogaciones
acordadas o que acuerden con este objeto las Municipalidades de la provincia de
Santiago.
Artículo 2°: Créase una Comisión,
ad honores, para dar cumplimiento a lo dispuesto en la presente ley, que estará
formada por las personas que se indican: el Presidente de la Confederación
Mutualista de Chile; el Intendente de Santiago; los Alcaldes de las
Municipalidades de Santiago y de Renca, y el Presidente del Colegio de
Arquitectos.
Y por cuanto he tenido a bien
aprobarlo y sancionarlo; por tanto, promúlguese y llévese a efecto como ley de
la República.
Santiago, veintiuno de Septiembre
de mil novecientos cincuenta y tres.- CARLOS IBÁÑEZ DEL CAMPO.- Osvaldo
Koch".
Aunque se había discutido antes
la posibilidad de instalar la estatua en la plaza de la Población Vivaceta,
hacia la altura del 1700 de la avenida, aproximadamente, fue erigida en el
lugar señalado, enfrente de la Autopista Norte-Sur y de entrada de la avenida
con su nombre, ex Las Hornillas. Sólo en 1962 pudo ser instalada e inaugurada.
Empero, la obra del escultor José
Carocca Laflor, durante los trabajos de mejora de la misma Autopista Norte-Sur
y sus empalmes, acabó siendo trasladada a la esquina de la Alameda Bernardo
O'Higgins con Diagonal Paraguay, donde permanece actualmente. Aquellos trabajos
del paso superior en Vivaceta habían sido iniciados en 1969, quedando
paralizados por la situación social de 1971 a 1973, siendo retomados y
terminados en 1975. El traslado se hizo cuando finalizaban los trabajos
subterráneos del Metro de Santiago en la Alameda por lo que, en la práctica, el
monumento pasó muy pocos años en su ubicación original.
FUENTE: https://urbatorium.blogspot.com/2018/10/cronicas-de-la-avenida-fermin-vivaceta.html
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