HISTORIAS DEL BARRIO: EL JUEZ MARIO CARROZAS, JUGABA EN EL “A. QUEZADA ACHARÁN”




Según cuentan algunos vecinos, entre los que se encuentran nuestra corresponsal en New Jersey, Jeannette Davis, y nuestro vecino Jorge Prinea, de Nueva de Matte; Mario Carrozas vivía en alguna parte cerca del barrio, que no logran identificar, pero si saben que jugaba en el club “Armando Quezada Acharán” como muchos muchachos del sector. Cuentan que era aguerrido y de carácter, tal vez un poco picado, pero correcto.  Esta es la historia humana de un cercano al barrio.



La historia humana de Mario Carroza, el juez de los "casos de alto impacto"

Extractado de un reportaje de: Lilian Olivares


“Prototipo del self-made-man , vivió una experiencia límite... Investiga las muertes de Pablo Neruda, Salvador Allende, Jaime Guzmán y del padre de la ex Presidenta Michelle Bachelet. Siempre dice que es "un judicial" y que le debe a su institución lo que ha llegado a ser profesionalmente. Es posible que su propia vivencia personal le haya permitido a este ministro de Corte situarse por sobre la caldera de pasiones que encienden los juicios que tiene a su cargo.”  


El primero de la familia en llegar a la Universidad
Sus padres tenían una carnicería en La Vega grande. Se separaron cuando él era un niño. Entonces su madre debió trabajar de sol a sombra, primero como dependienta de un local en La Vega, como cajera y finalmente logró algo propio. Mario Carroza pasaba solo en su casa, porque una de sus dos hermanas se casó a los 16 años y a la otra su madre la puso en un internado para que estudiara, porque ella no podía cuidarla.
El niño Mario Carroza iba al Liceo Valentín Letelier y jugaba a la pelota en el barrio.
Como primero de su familia en llegar a la universidad, su madre hizo un enorme esfuerzo para pagarle la pensión cuando partió a estudiar Filosofía a Valparaíso en la Universidad de Chile, sede que luego se transformó en la Universidad de Playa Ancha.
Si en esa época hubiera leído el libro de autoayuda de Spencer Johnson "¿Quién se ha llevado mi queso?", seguramente se hubiera proyectado como un profesor de liceo.
Luego regresó a Santiago y se matriculó en el Pedagógico para seguir Filosofía de día y estudiar Derecho en horario nocturno, porque era una carrera con mayor proyección económica. En eso estaba cuando vino el golpe en 1973.
El siguió en lo suyo: estudiando y jugando a la pelota. Fue así como conoció a Ivonne, que era prima de uno de los chicos con que pichangueaba.
Se casó con ella a los 24 años, cuando Ivonne ganaba tres veces más que él como secretaria ejecutiva en una compañía de seguros. Partieron viviendo con la mamá porque el dinero no alcanzaba.
Luego arrendaron casa cuando nacieron los niños y finalmente compraron un departamento en Providencia.
Eran una familia muy normal, trabajando para darles buena educación a los niños y tener ciertas comodidades. Los fines de semana iban a visitar a los parientes... hasta que ocurrió la tragedia.
El accidente que volcó su vida
Fue un fin de semana de enero de 1992 cuando tuvo que ir a dejar a su madre al norte. Ivonne y los niños partieron de avanzada a la casita que tenían en la playa, de vacaciones.
Estaba en el norte cuando se enteró de que, llegando a Algarrobo, el Peugeot donde viajaba toda su familia -Ivonne y los niños: Macarena, de 6 años, y Mario, de 9- había chocado con un camión.
Ivonne, al volante, y Macarena, a su lado, murieron ahí mismo. Su hijo Mario, que iba recostado en el asiento de atrás, quedó atrapado al interior del vehículo y eso le salvó la vida. Llegó de urgencia a la clínica, con las caderas fracturadas.
De la noche a la mañana, Mario Carroza se vio solo con un hijo pequeño internado en una clínica. El momento más traumático fue cuando le dijo que su madre y su hermana ya no estarían más en casa porque se habían ido al cielo.
Aprender, aprender, trabajar

Recién casado, Mario Carroza trabajó como profesor en el mismo colegio donde estudió. También hizo clases en el Liceo 8 de Niñas. Le gustaba su tarea como formador. Por las tardes era actuario de un tribunal.
Gracias a sus estudios de filosofía, logró darle un razonamiento a lo que le había tocado vivir y a su vez intentó enmendar sus deficiencias, como por ejemplo el temperamento exacerbado que se le hacía patente en los partidos de fútbol. Muchas veces se preguntó: ¿Qué se espera de mí en esta etapa de mi existencia? Y así comenzó a trabajar su carácter.
Un prestigioso abogado penalista que conoce la historia del ministro Mario Carroza está convencido de que la experiencia límite que vivió el juez con la tragedia familiar es lo que le ha permitido ser capaz de situarse por sobre la caldera de pasiones que encienden los juicios que tiene a su cargo.
OTRAS FUENTES:

Comentarios

  1. El llelle como lo llamaban sus amigos y familia . Mario es muy activo en el centro de ex alumnos de su Glorioso Valentin Lettelier.

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