PRIMEROS LUGARES DEL CONCURSO DE RELATOS BARRIALES 2022
PRIMER LUGAR DEL CONCURSO
TÍTULO: LAS REINAS DE LA JULIA SOTO
(JANDY)
Corría 1907 cuando a las chacras del norte de Santiago llegaron los padres
de Teresa, Mercedes y Ana María protagonistas de este relato.
Ellas han sido testigo y creadoras del barrio de Reina María, cada una de
ellas, cumpliendo diferentes funciones provocaron un cambio en sus vidas, en
las de sus familias y en la sociedad. Han hecho que su historia sea la historia
de todos.
Con la llegada de estos emigrantes nació el barrio que tenía quince cuadras
era de Monterrey a Reina María. Su mayor problema el agua, se organizaron y en
la Ferretería El Tata fundaron la junta de vecino, así fueron logrando mejoras
para el sector.
La calle Reina María era de tierra y con barras para amarrar los caballos, había
algunas casas un pilón que permitía juntar agua para todo el día.
Todas las niñas íbamos en la escuela de La CEPAL dependiente de las
naciones unidas. Los varones donde el cura del Piano. Quien merece un capítulo
especial.
En el año 40 llegó La Ferriloza ahí trabajaron muchos de nuestros maridos,
otros en el hipódromo. En el año 50 llegó el teatro a Viena con Vivaceta, los
domingos íbamos al Libertad, a los rotativos de películas mexicanas.
El terremoto del 65 daño una gran
cantidad de viviendas. Las mujeres nos organizamos y antes que llegaran
personas de otros sectores nos tomamos el terreno, ahí nació La Julio Soto. A
través de la operación sitio pudimos obtener nuestro terreno, - hacía 50
jardineras diarias para ir juntando la plata para pagar el sitio, - las casas
fueron autoconstrucción. Nos traían ripio lo poníamos en unos carretones y lo
echamos en las huellas que luego serían las calles actuales. Los terrenos
estaban llenos de zarzamora, la acequia inunda casi todos los años el sector,
así que nos conseguimos escombros y tapiamos el ingreso del canal, para no inundarnos.
Se formaron tres grupos de vigilancia mixtos para que no vinieran de otros
lados a quitarnos los terrenos.
Poco a poco fue tomando forma esta población gracias a la organización
existente, se consiguió que de letrinas pasáramos a alcantarillado y de estar
colgados a tener luz propia. Con la ayuda de proyectos hemos mejorado nuestras
casas
Nosotras nos sentimos orgullosas de nuestras viviendas y barrio. Lamentamos
que todavía 2022 hayan, tantas familias sin un techo digno y propio.
SEGUNDO LUGAR DEL CONCURSO
TÍTULO: HIPÓDROMO CHILE
(SÓCRATES)
Corría
al año 1978, estaba en 3ero o 4to año de licenciatura en Filosofía, en el
pedagógico. Ya teníamos dos hijos con la flaca, quien había dejado sus estudios
de arquitectura, para hacerse cargo de los niños. Eran años difíciles, en plena
dictadura, y había que estudiar y trabajar. Mi suegra que veía todas estas
dificultades y siempre presta a ayudarnos, me consiguió una pega de cajero en
el Hipódromo Chile. Nunca me imaginé que un trabajo tan sencillo como ese me
haría tan Feliz. Era un bicho raro allí, tal vez por eso me estimaban. No duré
mucho como cajero, rápidamente me convertí en supervisor, pasé por muchos lugares
y cargos. De tribunas, pasé al recinto de accionistas y después al muy deseado
recinto de directorio. Ahí todo era más cómodo, mejor el trato de los clientes
y mucho mejores las tan ansiadas propinas. Pero no sólo fue mi trabajo en los
días de carrera. Cuando egresé de la Universidad, el año 1980, vinieron las
otras contrataciones, primero en la sucursal central, después a cargo de un par
de sucursales más pequeñas, Luis Cousiño y la de Hipódromo Chile y, finalmente en
el área de apuestas en las oficinas centrales, donde terminé coordinando el área
de estudios.
Cuando
hago recuerdo de esos años, creo que fueron unos de mis años más felices,
porque pese a que las condiciones de trabajo habían cambiado mucho en
detrimento de quienes trabajábamos allí, aún seguía siendo una muy buena
alternativa para los estudiantes universitarios, que requerían un trabajo, que
no les demandara mucho tiempo, en un contexto de muchas restricciones, producto
de la dictadura.
Debo
decir, que gracias al Hipódromo Chile y a uno de mis jefes, el Flaco Fuentes,
gerente del área de apuestas, logré terminar mi Tesis y recibirme. Fue él,
quien me dio la oportunidad de dedicarle algunas horas protegidas, con oficina e
insumos incluidos. Me titulé en agosto de 1985.
Pero
un singular suceso cambió mi vida, un par de meses después de titulado, fui
tomado preso por atentar contra la seguridad interior del Estado y actos
terroristas. Mi pecado fue tirar panfletos en favor de dirigentes sindicales
que fueron relegados a Pisagua. Todo cambió, ya nada fue igual. Tuve que migrar
de un trabajo que llegué a querer. Felizmente me había ganado una beca para un
posgrado en ILADES, un maravilloso lugar desde donde pude rehacer y reorientar
mi vida.
TERCER LUGAR DEL CONCURSO
TÍTULO: EL TALY
(DR. QUEZADA)
Tengo dificultad para enfrentar el dolor
de la pérdida. Y pienso que el barrio brinda alivio, consuelo y recuerdos. He
perdido a personas que amé sin mesura. Primero, muy niño a mi abuela paterna,
quien me bautizara su Príncipe Azul. Su
devoción era intoxicante y despertaba celos de mis tíos. Era la tradicional costurera
del barrio, todo el día al pedal de su máquina de coser. Tenía una relación muy
hostil con su cuñada, modista de alta moda, a quien odié por consecuencia
lógica. Jamás sospeché qué, tras la muerte de mi abuela, ella ocuparía un lugar
en mi corazón. Sin embargo, también la perdí tempranamente. Entre estas tristes
circunstancias, mi mejor amigo, mi hermano Taly,
a quien había elegido sobre todo y esperaba formara parte de mi vida por
siempre, fallece a sus 20 años como consecuencia de un accidente de auto. Fuimos
compañeros en la básica en la escuela ubicada
en calle Huasco y luego en el liceo Independencia de calle Palermo; nuestras madres eran amigas;
vacacionamos juntos por años; éramos inseparables; recorrimos toda la
superficie del barrio; rockeamos y bailamos en muchas casas; reposamos en
cada cojín de pasto. La desgracia sucedió un verano. En Iquique me estremece la
noticia, que luchaba por su vida en el Hospital
San José. Logré llegar a su funeral. Recuerdo que la pompa fúnebre recorrió
el barrio, enfiló por calle Maruri, zona de feria donde vendíamos
chucherías; cursando los colegios de calle Huasco, escenarios de populares
kermesse y competiciones de quien bailaba con más chicas; galopando hacia
Hipódromo Chile, donde fantaseamos montar a esas majestuosas bestias; y concluimos
en plaza central donde los vehículos
del cortejo coparon su ancho óvalo, tronando al unísono y acompasados sus
bocinas, sintiéndose como un desgarrador grito de dolor en cual fundimos los
nuestros. La muerte es parte de la vida y nos espera en algún recodo del
camino. Mas confieso lo difícil que es lidiar con el insondable vacío que deja
la pérdida. A décadas de ese fatídico día, recorro el barrio y en ocasiones me
parece ver al Taly sentado en algún banquillo;
o lo confundo con alguien que imita el original contoneo de su andadura. Conservar
nuestros barrios es un imperativo social. Sus esquinas, fachadas, veredas,
árboles y áreas verdes, contienen tesoros, secretos, vivencias, promesas. Guardan
la memoria de todo lo que nos hace humanos.
Aplaudo estos tres relatos ganadores que son parte de la vida de nuestro barrio y alrededores. Felicitaciones a los ganadores.
ResponderEliminarCada uno de sus relatos, son mas que un relato, son la historia misma del barrio, es patrimonio vivo, gracias y felicitaciones.
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